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En San Bernardo, el radioteatro es “Comunitario”

EN SAN BERNARDO, AHORA EL RADIOTEATRO ES “COMUNITARIO”

Por: Marcelo Mallea H.

“Lo que Cuenta el Viento”, “Residencial La Pichanga”, “Hogar Dulce Hogar”, “El Siniestro Doctor Mortis” de Juan Marino, “La Bandita de Firulete”, “Radiotanda”, “Confidencias de un Espejo”, “La Tercera Oreja”, “El Gran Radioteatro de la Historia”, son sólo algunos de los radioteatros más queridos y recordados por muchas generaciones que crecieron escuchando un receptor de radio, y, como ahora, no se perdían los capítulos de misterio, terror, romance y humor, todo con una cuota dramática, al más puro estilo de Netflix, pero sonoro y no audiovisual.

Entonces, los receptores de Amplitud Modulada eran sagrados, y uno de sus géneros, el radioteatro; preferido del público, porque permitía conectar la imaginación con nuestra memoria emotiva y sonora, con voces cautivantes e historias maravillosas a cargo de ilustres personajes que forman parte de nuestro sentir colectivo y humano, como por ejemplo Nieves López Marín, Anita González, Eduardo de Calixto, Jorge Romero Firulete, Eglantina Sour, Mirella Latorre, Luchita Botto, Sergio Silva, Greta Nilsson, Elba Gatica, Lorenz Young, Emilio Gaete, María Yopar, Shenda Román, María Maluenda y Arturo Moya Grau, quien además era un excelente libretista.

El radioteatro se resiste a morir a manos de la televisión, Spotify y muchas otras plataformas, muy por el contrario, revive una y otra vez en nuevos y viejos receptores a pilas, con largas antenas apuntando hacia las ondas hertzianas, tal como lo hicieron en 1932, en la desaparecida radio Universo, que transmitió el primer radioteatro llamado “La Enemiga”, de Darío Nicomedi, con voces de Maruja Cifuentes y Carlos Justiniano; un programa de mediodía que abrió las puertas a todas las demás emisoras, como Portales, Pacífico, Nuevo Mundo, Minería, Cooperativa Vitalicia, Corporación, en fin, casi la mayoría de las radios programaban sus radioteatros en la llamada época dorada, décadas del 40 al 60

Para crear atmósferas sonoras y efectos de sonido, el Foley utilizaba rudimentarios artefactos, muchos de ellos caseros, para ilusionar y acompañar las historias interpretadas por el elenco. De esta manera, el mago del sonido marcaba la pauta, valiéndose de planchas metálicas,  vidrios rotos, conchas de locos para simular el paso de una manada de caballos, guantes, bolsas y pisos de madera para marcar las pisadas, todo era expresión sonora, como su creador, Jack Foley en los años ’20

Si bien, en los años 70 se mantenían algunos radioteatros, ya en los 80 la televisión tomó su lugar. Pero, no del todo como parece, siempre ha habido atisbos de resurgimiento, acompañado de ficciones sonoras y podcast, más emparentados con los nuevos tiempos, sin perder sus raíces.

Por eso es muy importante el proyecto “Historias de mi Barrio en el Aire” en San Bernardo, organizado por Maestranza + Cultura, con la colaboración y patrocinio de la Casa de la Juventud de San Bernardo y el municipio, financiado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Iniciativas Culturales Comunitarias y que cuenta con un equipo de profesionales de primer nivel.

“…realizar radioteatro comunitario es sentir que somos parte de algo importante, que somos transmisores de historias e ideas.

Desde lo comunicacional, aprendemos técnicas y usos de la voz como instrumento de comunicación, fusionando actuaciones, voces, para desarrollar una personalidad más segura, con autoconfianza, sin dejar de emocionarnos” – explica Leticia Rodríguez, Directora de Medios, Comunicadora, Locutora Profesional y Conductora, que realiza las clases de locución en los talleres de radioteatro comunitario, y aclara su importancia como medio expresivo, para comunicar mensajes y discursos sociales, desde lo pedagógico:

“…las principales características y obligaciones de todo medio radial, es informar, entretener y educar. Por eso, el radioteatro aporta desde todo punto de vista y ayuda a comunicar las necesidades de nuestras comunidades, a todo lo que nos mueve socialmente, desde lo emocional; nuestras historias, en planos culturales y artísticos. Hoy, necesitamos inventar más espacios para poner en valor esas opiniones” – subraya

Joel Acosta, Instructor Teatral, Escritor y Cronista, profesor de radioteatro, coincide plenamente, y también acota:

“Una pregunta que posiblemente no tenga una respuesta entre las generaciones jóvenes. Quizás han escuchado, dentro del círculo de sus mayores, una anécdota, un recuerdo lejano del tiempo de la radiotelefonía. Entre esos muchos recuerdos que guardan aquellos nacidos  en el siglo recién pasado, está el tiempo de la radiodifusión que entre las muchas y variadas ofertas estuvo el radioteatro, presente en muchas de las emisoras de la época de oro.

El radioteatro, en sus variadas expresiones, permitió que varias generaciones desarrollaran lo que la sicología denomina “la imaginación creadora”. En efecto, el auditor construye el  escenario de la acción con los elementos de audio  que le entrega la sesión radial.

Hoy, con el avance que han tenido (y seguirán teniendo) los medios audiovisuales, que dejan muy poco margen para la imaginación al entregar contenidos que se presentan con imágenes,  que gracias a la tecnología, muchas veces distorsionan  la realidad.

Frente a este contexto de los medios de comunicación audiovisuales se hace necesario desarrollar, a niveles gubernamentales, la implementación de una política de fomento de la radiotelefonía en grupos sociales definidos a nivel de organizaciones populares, en donde se pueda desarrollar el radioteatro, en base a las propias vivencias y necesidades del grupo.

El fenómeno del radioteatro juntó a la familia a la hora de “la comedia” y siempre el contenido fue para todo auditor.

Es difícil pensar en una vuelta al radioteatro de antaño cuando el potencial público tiene un contenido de entretención visual y una cultura que fomenta lo simple, lo inmediato, considerándolo un consumidor al que solo se le debe entretener superficialmente.

Con esta última premisa el radioteatro debe ser desarrollado para las nuevas generaciones, que no solo integren un grupo actoral y práctico, sino que además creen su propia historia y como meta-sueño, su propia radioemisora inserta en su núcleo social” – expresa

Hasta el momento, “Historias de mi Barrio en el Aire” ha tenido una rotunda respuesta a nivel de convocatoria, de manera transversal, y espera formar un elenco estable de actrices y actores radiofónicos. Mientras tanto se grabarán cinco capítulos que serán emitidos en distintas plataformas, finalizando con una puesta en escena en vivo y en directo, como broche de oro.

Tal como en los viejos tiempos, cuando uno de los actores señalaba: “La comedia ha terminado, perdonad sus muchas faltas”

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