El origen del ajedrez es un misterio, aunque la teoría con mayor aceptación científica indica que deriva de un juego de la India llamado Chaturanga, practicado desde al menos el tercer siglo antes de Cristo. La palabra significa “cuatro miembros” y hace alusión a las cuatro piezas que contenía este juego: infantería, elefante, caballería y carros de guerra, además del rey. Debido a los contactos entre Europa, Asia y África a través de rutas comerciales e invasiones bélicas, este viejo juego se expandió con mucho éxito por diferentes regiones del planeta.
El 15 de mayo de 1495 en la ciudad española de Valencia, el autor Francesch Vicent publicó su libro titulado “Libre dels jochs partits dels scachs en nombre de 100 (libro de los juegos y partidas del ajedrez en número de 100)”. Este hito es considerado como el nacimiento del ajedrez moderno debido a que fue la primera vez que se difundió masivamente la introducción de la poderosa dama y los alfiles, sin embargo, no hay certeza de que se trate de una invención del autor o de viejos manuscritos y conocimientos dados a conocer gracias a la recién creada imprenta. Desde entonces, el ajedrez se transformó en objeto de estudio y análisis teórico. El primero en teorizarlo fue el español Ruy López, quien en el siglo XVI establecería las reglas y movimientos que utilizamos en la actualidad.
El primer campeonato de ajedrez fue disputado en la ciudad de Londres el año 1851 y el alemán Adolf Anderssen, fue el ganador. El primer campeón mundial fue el austriaco Wilhem Steinitz tras derrotar a Johannes Zukertort en un duelo disputado a 20 partidas en Estados Unidos el año 1886. En 1894 el titulo sería obtenido por el gran maestro alemán Emanuel Laskers quien lo retuvo durante 27 años hasta ser derrotado por el maestro cubano Raúl Capablanca en un apasionante match disputado en La Habana en 1921. En 20 de Julio de 1924 se fundaría en Paris la FIDE (Federation internationale des Echecs), con sede actual en Lausana, Suiza. Desde que fue creada, esta institución tiene bajo su tutela la organización de torneos internacionales y mundiales, el cálculo del ranking o ELO de cada ajedrecista en el mundo, el nombramiento de maestros y maestras nacionales e internacionales, y la certificación de árbitros.
Durante la década de los años 30´ y 40´, debido al surgimiento del nazismo, el fascismo y la segunda guerra mundial, muchos ajedrecistas se radicaron en América, principalmente en Argentina y Estados Unidos, dando en aquellos países un impulso excepcional a la disciplina. Luego, en el período de la guerra fría, el ajedrez se transformaría en un parámetro de competición y comparación intelectual entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, lo que motivó grandes esfuerzos por estos países en generar jugadores campeones mundiales. En este contexto, el episodio más simbólico fue el duelo por el título mundial de ajedrez conocido como “la partida del siglo” entre el campeón mundial de la época Boris Spasski de 35 años, versus el gran genio del ajedrez Bobby Fisher que en aquel entonces tenía 29 años de edad. Este enfrentamiento se llevó a cabo el 29 de junio del año 1972 en la ciudad de Reikiavik, Finlandia, con triunfo cómodo de Bobby Fisher.
Respecto al ajedrez de San Bernardo, hoy retornaremos a las postrimerías de la década del 30, al torneo mundial de ajedrez femenino disputado en Buenos Aires el año 1939. En aquella época el ajedrez se encontraba bastante desarrollado en Estados Unidos y Europa, de tal manera que, la competencia, contó con la presencia de grandes ajedrecistas como la rusa-británica Vera Menchik o las alemanas Sonja Graf y Friedl Rinder, por nombrar algunas. Sin embargo, fue otra la mujer que deslumbró al mundo con su talento y habilidad, la inigualable sambernardina, Berna Carrasco.
Berna Carrasco nació en el Hospital Parroquial de San Bernardo el 19 de diciembre de 1914, desde muy pequeña demostró grandes habilidades para el ajedrez, debiendo, desde entonces, remar contra la corriente dado que este deporte ciencia era practicado casi exclusivamente por hombres. La joven Berna jugaba muchas horas contra su hermana Eliana, luego encontró un espacio en el mítico club de ajedrez de San Bernardo Maestranza Central, donde pudo desarrollar un nivel de alta competencia. Una serie de éxitos cosechados le otorgaron el derecho de disputar el mundial de ajedrez femenino de Buenos Aires de 1939, donde obtuvo el tercer puesto, sufriendo solo dos derrotas en 18 partidos frente a las mejores jugadoras del mundo. En 1954 fue reconocida por la FIDE como maestra internacional de ajedrez, 25 años antes que el primer varón, el chileno Iván Morovic. Berna Carrasco falleció a los 98 años, pero dejó una huella invaluable en la historia del ajedrez nacional que merece ser recordada y valorada no solo por quienes amamos el ajedrez, sino que por toda la comunidad.
El 12 de diciembre de 2019, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 20 de julio como el Día Mundial del Ajedrez para conmemorar la fecha de la fundación de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) en París en 1924.
Por iniciativa de la FIDE, el 20 de julio ha sido observado como el Día Internacional del Ajedrez por los ajedrecistas de todo el mundo desde 1966.
La designación del Día Mundial del Ajedrez no sólo reconocerá el importante papel de la FIDE en el apoyo a la cooperación internacional para la actividad ajedrecística y el objetivo de mejorar la convivencia respetuosa entre todos los pueblos del mundo, sino que también brindará un importante soporte para fomentar el diálogo, la solidaridad y la cultura de la paz.
CRÉDITOS: * Saludo Día mundial del Ajedrez por Axel Faúndez en el contexto del taller de Ajedrez terapéutico para el Adulto Mayor / Colaboración de Leonardo Lobos Lagos