Un barrio patrimonial de San Bernardo es el punto de partida para visitar la escuela “El Palacio de los Niños”, en calle Nogales, frente a la antigua Maestranza Central de Ferrocarriles de San Bernardo, reconocible por su apacible avenida Portales, tal vez una de las mejores y más tradicionales estampas.
La casa es la misma que sirvió durante años de oficina a su fundador, don Bernardo Recabarren; destacado educador, músico y hombre visionario en proyectos culturales y educacionales, fallecido en 2021, y que dejó un gran legado, presente en los seis proyectos que administra la Corporación Educacional Laudelina Araneda y que hoy se resume en una sola frase “Un niño feliz, es un adulto inteligente”.
Lo primero que llama la atención al entrar por la puerta, es el ambiente que se respira al interior del establecimiento; todo rodeado de frondosos árboles y plantas, con espacios lúdicos y un rincón especial para trabajar la tierra en bancales, herbarios, jardineras y macetas; incluso el logotipo de “pequeño emprendedor agroambiental” fue diseñado por uno de sus apoderados donde se lee “cuida el medioambiente, cuida nuestro futuro”; sin lugar a dudas un gran acierto de integración familiar y concientización en tiempos de cambio climático.
La escuela posee varias dimensiones o “Legados”, entre los que se destacan: taller de Psicomotricidad, el Caballito de mis Sueños, Equinoterapia, el Recreo es un Juego, el Caballero en la Piel de Tigre, y, desde luego el “Pequeño Emprendedor Agroambiental” que extiende su influencia más allá de sus aulas, pues busca consolidar redes comunitarias a través de proyectos innovadores como “Ferias de Reciclaje”, “Hierbitas de Palacio” y campañas de reciclaje de papel, cartón, tapas de bebidas, aparatos tecnológicos y electrónicos en desuso (llegaron a acopiar más de 13.000 kilos), envases de tetra pak, yogurt y botellas plásticas, para así colaborar con otras instituciones que se dedican al acopio y reciclaje de cada material.
Como mirada de Estado, la “Educación para la Sustentabilidad” está recogida en un principio de la Ley de Educación General, que “entiende la necesidad de fomentar el respeto al medioambiente natural cultural, la buena relación y el uso racional de los recursos naturales y su sostenibilidad, como expresión concreta de la solidaridad con las actuales y futuras generaciones” – señala el Ministerio de Educación
Conceptos que no siempre son atendibles en las distintas comunidades educativas, particularmente en nuestra actual era geológica, llamada “Antropoceno”, debido a las “repercusiones que tienen en el clima y la biodiversidad tanto la rápida acumulación de gases de efecto de invernadero como los daños irreversibles ocasionados por el consumo excesivo de recursos naturales”
Transformaciones, según la WWF, “provocadas por factores como la urbanización, la utilización de combustibles fósiles, la devastación de bosques, la demanda de agua o la explotación de recursos marítimos”
El Legado “Pequeño Emprendedor Agroambiental”es transversal y se implementó desde hace varios años atrás, pero se inaugura como legado en noviembre de 2021, para que niñas y niños tengan la oportunidad de tomar contacto directo con la naturaleza y la creación de cultivos, de carácter alimentario ú ornamental.
En la escuela existe un espíritu colaborativo permanente, en constante movimiento, gracias a la experiencia vívida de mantener un huerto educativo; nutrido de actividades que inspiran valores como la amistad, la responsabilidad individual y colectiva, la toma de decisiones, la búsqueda del bienestar, el respeto por la vida, en definitiva “aprender a aprender”, o “aprender haciendo”; todas acciones que despiertan y motivan más y mejores espacios para manifestaciones culturales, artísticas y científicas, dimensiones que promueven cambios positivos, hábitos de vida y de conductas proactivas con el medioambiente.
La escuela, de pre-básica, funciona en jornadas de mañana y tarde, con un equipo multidisciplinario de profesionales en cada área; educadoras diferenciales, técnicos en educación diferencial, fonoaudióloga, psicóloga, asistente social, kinesiólogo, Jefe de UTP, auxiliares, administrativos y dirección, quienes velan por el cumplimiento de una educación de calidad, que como escuela especial ofrecen a la comunidad, compuesta de 195 estudiantes con trastorno específico del lenguaje en su tipo mixto y expresivo.
Todo el esfuerzo ha sido recompensado con la obtención de su “Certificación Ambiental”, otorgado por Sistema Nacional de Certificación Ambiental de Establecimientos Educacionales (SNCAE) del Ministerio del Medio Ambiente; estrategia integral que aborda la educación ambiental para la sustentabilidad en los establecimientos educacionales de todo el país.
Es un importante reconocimiento público que valora el éxito de la escuela en la implementación de educación ambiental, y en el desarrollo de una ciudadanía ambiental global, así como el aporte local a la sustentabilidad, un sello más que como consigna emerge tras la puerta de la escuela: “Construir un futuro más verde y próspero”.
Creación de “Kokedamas”, técnica tradicional japonesa de plantas albergadas
en una maceta de musgo en forma de bola
Campaña de reciclaje de aparatos tecnológicos y equipos electrónicos en desuso
Stand durante feria de reciclaje
Escuela abierta a toda la comunidad
Acopio de tapas de bebidas para reciclaje